Una de las cosas a las que en cierta forma me obligo mas aun desde que iniciamos la aventura de Omkrom es a probar siempre que sea posible (lamentablemente no siempre es posible ya que no podemos costearnos el producto), ya sea antes o después los cacharros que tenemos en la tienda y/o instalamos. Esto es por 2 motivos básicamente: el primero es conocer mas profundamente el producto en si, y por tanto poder dar mucho mejor servicio a nuestros clientes, y por otro algo tan básico como asegurarme que el producto cumple con las expectativas (tenemos una premisa: si un producto no cumple una calidad mínima, tanto en acabamos, interface y funcionamiento general, simplemente no lo comercializamos).
Si al párrafo anterior le añadimos una necesidad personal entonces ya tenemos un entorno de pruebas perfecto, y en este caso es así a la hora de probar el termostato Greenmomit, un termostato que personalmente tenia muchas ganas de trastear. Personalmente he escrito
un post en el blog de Omkrom hablando de este producto (y que os invito a leer) pero quería complementarlo y profundizar algo mas en ciertos aspectos de una forma mas personal y critica (en plan constructivo por supuesto), no tan neutral como en dicho post.
Unboxing del Greenmomit
Tengo que decir que el empaquetado que tiene el termostato de Greenmomit me gusta mucho, me parece muy sobrio y elegante. En las oficinas de Greenmomit vi que tenían otro empaquetado dentro de un blister, desconozco si era uno anterior, una prueba de concepto, uno que están pensando para el futuro o directamente el que actualmente se puede comprar en las grandes superficies que comercializan el producto, en cualquier caso solo puedo decir que me gusta mas la caja blanca que veis arriba al emblistado :).
Una vez abierta la caja del termostato, en su interior encontraremos un simpático muñeco que podemos echarle agua y saldrá cesped (un detalle gracioso por parte de los amigos de Greenmomit), los tacos y tornillos (Lo habitual será el reutilizar los del termostato anterior, pero siempre vienen bien por si acaso), y el termostato en si mismo.
Diseño:
Como se puede apreciar en las fotos, mas allá de que es totalmente negro (seria genial poder elegir entre varios colores, o por lo menos negro y blanco), el termostato tiene un diseño cuadrado y bastante grueso. Personalmente no tengo nada en contra de que sea negro, ni seguramente que sea cuadrado, de hecho son 2 características que le otorgan cierta elegancia y le permite encajar en prácticamente cualquier entorno. Sin embargo lo del grosor es una cosa que me choca bastante, sobre todo viendo por ejemplo los móviles actuales, mucho mas estrechos (el termostato abulta el triple) y probablemente con una circuitería mucho mas compleja. No obstante esto tampoco es algo critico, de hecho mas allá del hecho estético es irrelevante, y no hay que olvidar que estamos ante la primera versión del producto y ante una empresa relativamente pequeña.
Instalación:
La instalación seguramente seria coser y cantar (como suele ocurrir con esta clase de cacharros) si no fuera por un detalle importante intrínseco a que sea «smart», tenga wifi y lleve una pantalla táctil… y es que necesita una toma de 220v para que funcione (el precio que hay que pagar por tener una pantalla táctil y que este siempre conectado a nuestra wifi, dos elementos que consumen «mucha» energía).
Dado que la inmensa mayoría de instalaciones de termostatos que se tienen preinstalados en las casas no tienen estos 220 V no queda mas remedio que hacer un poco de bricolaje doméstico y esto complica entre un poco y bastante la instalación en función de cada caso. Si tenemos una caldera, la cosa se suele simplificar bastante, y tan solo hay que desmontar el termostato anterior y meter un cable guía por el mismo sitio que salen los cables del antiguo termostato, en teoría debería llegar a la caldera (o si hay suerte por el camino pasará por alguna caja de registro de la que coger la electricidad) y allí tiene que haber un enchufe, con lo que sólo es cuestión de meter por el tubo los 2 cables de corriente (fase y neutro) y conectarlos al enchufe. No quiero entrar en muchos detalles ya que cada casa es un mundo pero en mi caso no tengo caldera (es calefacción central individual) por lo que tuve que buscar alternativas que pasaron por tirar cable desde una caja de registro a un interruptor cercano y desde allí tirar el mismo cable a través de la pared de pladur (podéis ver el post de Omkrom para mas detalles).
Una vez hecho esto la cosa esta muy fácil, abrimos el Greenmomit con un destornillador haciendo palanca sobre un par de ranuras pequeñas que hay en la parte inferior, de forma que separaremos una placa que va a la pared del resto del dispositivo. Esta parte es sumamente sencilla pero tiene una pega para mi gusto: muestra al usuario las tripas del cacharro, algo que como usuario no tengo ninguna necesidad de ver y que seguramente a mas de uno en cierta forma «asuste» ver, de hecho diría que esto quita elegancia al dispositivo.
Una vez abierto colocamos la placa en la pared con un par de tornillos que probablemente coincidirán con los del termostato anterior, conectamos los 4 cables (los 2 de la caldera y los 2 de la luz que hemos metido) a la placa del Greenmomit, cerramos todo (va a presión) y a los pocos segundos el Greenmomit estará en marcha.
Al principio de esta sección he dicho que tener que llevar 220v al termostato es lo mas negativo de la instalación, y es cierto, pero no es menos cierto que también es su mayor virtud, y es que a diferencia de la mayoría de termostatos de este tipo, aquí no tendremos que andar con problemas de cambios de pilas en ningún momento, ni con módulos externo que vayan a la corriente y actúen de intermediarios del termostato y la conexión a internet. Aquí tenemos un único modulo que lleva todo incluido, lo que se traduce en algo molesto inicialmente pero un acierto total a largo plazo.
En este punto me vais a permitir que me plagie a mi mismo, y es que no hay mucho mas que poner salvo que al cabo de unos 30 segundos (que se hacen eternos) aparecerá el logotipo de Greenmomit en pantalla (es una especie de naranja o manzana) y a continuación nos pedirá elegir el idioma, una vez seleccionado Español (o el que consideres en cada caso) aparecerán 4 que se irán oscureciendo según se vaya cargando el firmware del dispositivo. En nuestra unidad la cosa fue muy lenta, prácticamente 15 minutos que se hicieron eternos (en otras unidades la espera ha sido algo menor, unos 8-10 min), en las instrucciones del dispositivo sin embargo pone que no deberían ser más de 3 por lo que no descartamos algún fallo puntual de nuestra unidad. En cualquier caso para el resto de cosas el funcionamiento ha sido bueno.
Interface de configuración:
No voy a entrar mucho en los distintos apartados de configuración, por un lado ya lo hago en el otro post, y por otro viene fantásticamente explicado en el manual de usuario, por ello aquí me voy a centrar en comentar esas cosas que me han resultado especialmente curiosas, alabables o criticables. Y es que dejando un poco de lado la nula adaptación del dispositivo a colectivos como los invidentes (algo muy importante pero que lamentablemente adolecen la mayoría de cacharros de este tipo en mayor o menor medida), dado que las interface de usuario es algo que considero en cierta forma mi especialidad (y que siempre que he diseñado alguna he puesto mucho cariño y tiempo en ello para que sea lo mas optima y sencilla), no puedo evitar sentir cierto caos al enfrentarme a la interface de configuración del Greenmomit, con diversa información que nos va pidiendo de forma un tanto desordenada (a mi parecer) o simplemente información que no entiendo que nos pida.
El mejor ejemplo de información que no entiendo que nos pida es el de poner la fecha y la hora al dispositivo, y es que hoy en día con seleccionar una zona horaria (que no nos pide) debería ser suficiente para que el solito se conectara a internet (que a fin de cuentas lo va a hacer si o si) y ponerse en hora.
En cuanto al tema del orden de la información, y que también influye en la forma, nos encontramos en su máximo punto problemático a la hora de configurar o crear una cuenta de usuario por primera vez. El primer problema que veo es que solo nos pide meter un usuario y una contraseña, sin verificar una segunda vez la contraseña, lo que puede significar que si el usuario la mete mal por error, después se vuelva un poco loco a la hora de intentar acceder. Esto es fácilmente solventable pidiendo una segunda vez la contraseña y supongo que es algo que corregirán en algún momento. Otro problema asociado a la creación de un usuario es que recibiremos un mail y hay que activar nuestra cuenta antes de poder usarla en el móvil o cualquier dispositivo, algo que en la pantalla no nos avisa y causa cierto caos si no se conoce. El tercer problema lo tenemos en que en toda esta fase del proceso aun no tenemos configurado internet en nuestro termostato, si no que esto es algo que haremos a continuación, de forma que hasta que no lo configuremos todo lo que hemos metido anteriormente es, en cierta forma papel mojado. Personalmente vería mucho mas lógico que una de las primeras cosas que hiciera el cacharro seria pedir todo el tema de la configuración de internet y a partir de ahí todo el resto del proceso, pero quizá por detrás de esto y alguna cosa mas que es muy raro que se le pida a un usuario básico (como si tiene un servidor DHCP o no) allá algún motivo o limitación que desconozco y que sea la causa para que lo hayan hecho tan extrañamente.
Interface de uso en local:
Una vez superada la fase de la configuración inicial, incluyendo la activación de la cuenta de usuario, estaremos en disposición de empezar a usar el termostato. Para ello hay 2 modos: en local, es decir, desde la pantalla del dispositivo, o en remoto, desde nuestro móvil o tablet.
El modo en local viene limitado por el hardware de la pantalla, y es que en esto cometí el error de pensar que tenia una pantalla multitactil inductiva (similar a la de la mayoría de móviles del mercado), cuando en realidad el Greenmomit cuenta con una pantalla táctil inductiva (como los antiguos móviles o los GPS GPS del coche), es decir, que solo es capaz de detectar una pulsación en un punto de la pantalla. Esta limitación de hardware condiciona mucho la experiencia de usuario, y es que si bien es cierto que forma natural la gente tiende a usar las Apps móviles mas que operar en local, no es menos cierto que el hecho de que interactuar en local sea menos agradable tampoco ayuda a que se use.
La pantalla muestra inicialmente la temperatura que tenemos en grande (tenemos distintos tipos de visualizaciones disponibles), y luego en la esquina superior izquierda tendremos un pequeño icono que nos dirá si estamos en modo manual o calendario (pulsando sobre el pasaremos al modo calendario directamente) y en la esquina opuesta un punto que estará en rojo/naranja cuando la caldera esté activa, y en blanco cuando no.
Una de las primeras cosas que me chocaron al tocar por primera vez el Greenmomit es que no había una forma rápida de subir o bajar la temperatura, si no que había que pulsar sobre la pantalla y esto nos llevaba a otra donde ya si podemos graduar la temperatura pulsando en unos botones + y -, pudiendo graduar eso si (un acierto total) tanto los grados como las décimas de grado de forma individual. Como nota diré que la forma de mostrar la temperatura para subirla o bajarla también depende del tipo de visualización que tengamos configurada, en mi caso tengo una que para cambiar la temperatura muestra, ademas de un botón + y -, unas barras de desplazamiento que prácticamente te invitan a tocar para subir o bajar la temperatura rápidamente, pero que, si bien si suben o bajan al pulsar + y -, lamentablemente no son interactivas debido a no estar ante una pantalla multitactil como pensaba.
Interface de uso mediante App móvil:
Antes de seguir debo indicar que mis pruebas han sido en iOS únicamente en lo referente a Apps móviles, por ello todo lo que diga sobre las Apps es referente únicamente a iOS y no a Android o cualquier otro SO.
Respecto a la App en sí misma, quitando ciertas carencias en temas de accesibilidad, es bastante completa, Pudiendo controlar todo lo referente al termostato de una forma mucho mas eficiente que con la pantalla táctil del dispositivo.
Con la App me pasa un poco igual que con la interface del dispositivo, y es que la veo un tanto caótica en ciertas cosas (muchas opciones repartidas por distintas pantallas sin tener claro porque están en esa pantalla y no en otra). Da la sensación que se prioriza mas da una información general a pesar que en muchos casos para el usuario es irrelevante (o al menos no es vital tenerlo en la pagina principal) por encima del uso básico de subir o bajar temperatura.
Por ejemplo en la pantalla de abajo veremos que pone «Caldera: Apagado», esto al menos en mi caso (y se que no soy el único) me lleva a pensar que si quiero encenderla debo pulsar donde pone «Apagado», sin embargo si lo hago en realidad no encenderemos la caldera ni mucho menos (para hacerlo hay que pulsar donde pone «Temperatura interior» si no que iremos a la pantalla de estadísticas de uso de la misma.
Evidentemente es como casi todo en esta vida, tras llevarnos un par de chascos acabamos por adaptarnos a la App y aprender donde esta cada cosa aunque la lógica nos diga otra distinta, pero entiendo que no es la mejor solución.
Por otro lado la App es universal, es decir también funciona en iPad, sin embargo la adaptación a estos dispositivos es mínima, y básicamente son las mismas pantallas pero mas grandes.
En cualquier caso, se que Greenmomit que tienen en camino una nueva App con una interface distinta, que es posible que solucione muchas de las carencias que tiene la actual, por lo que espero con ansia la actualización para poder valorarla justamente.
Conclusiones:
Pese a que mis criticas del interface puedan hacer parecer que estoy poniendo a caldo el dispositivo, nada mas lejos de la realidad, de hecho, como me ocurre casi siempre, es al contrario. Es cierto que el tema interface adolece de muchas cosas que no me acaban de gustar, y no es menos cierto que soy para estas cosas muy pijotero (y un poco criticón), pero en realidad este apartado no deja de ser uno de tantos que son mucho mas importantes, y donde Greenmomit no falla en absoluto.
El funcionamiento es fantástico, y en todas las pruebas, tanto la App como el termostato, la respuesta ha sido prácticamente inmediata a pesar de que realmente la App ataca a un servicio web que el termostato esta monitorizando de forma constante. Es una autentica gozada estar fuera de casa y poder ver si me he dejado la calefacción puesta sin querer (algo que me pasa a menudo) o simplemente activarla poco antes de llegar para encontrar la casa caliente.
Greenmomit ha hecho un trabajo estupendo con este dispositivo, una primera versión que tiene muchas pegas y carencias típicas de las primeras versiones (y que solucionaran sin duda en futuras versiones), pero que no han impedido a esta joven empresa española recibir varios galardones a la innovación.
Me encanta este cacharro y no puedo hacer mas que recomendárselo a todo el mundo que quiera un termostato wifi, y mas desde hace un par de meses que bajo su precio a 199€. Si os animáis a haceros con uno solo os puedo sugerir, aunque no pueda ser imparcial en esto, que no dudéis en
adquirir el termostato en Omkrom.
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