Nuestro vuelo fue de Madrid a las Vegas con escala en Philadelphia tras casi 9 horas de vuelo, la verdad es que el aeropuerto de Philadelphia es impresionante, creo que por ahora el mejor aeropuerto que he visto, y es que las terminales son centros comerciales en toda regla, con numerosos sitios para comer y comprar, incluyendo por supuesto toda clase de sitios de comida rápida donde comer de forma económica (igualito que Barajas vamos). Entre los numerosos e incomodos tramites legales y lo que he comentado, la verdad es que a pesar de tener 3 horas entre nuestros vuelos el sitio hace que la espera para coger tu avión se pase muy rápidamente.
Mientras que el vuelo a Philadelphia fue bastante cómodo, con un avión moderno y con una pantalla interactiva (que funcionaba como el culo eso si) donde poder ver películas y esas cosillas, la cosa en el vuelo interior hasta las Vegas fue otra cosa, en una carraca que parecía que se iba a descoyuntar, pero bueno, llegamos sanos y salvo.
Nada mas aterrizar en Las Vegas ya se respira el olor a casino por cada esquina, y es que tenemos maquinas tragaperras directamente en el propio aeropuerto, de forma que mientras esperamos nuestras maletas se pueden jugar unos dólares a ver que pasa. Ademas la zona contaba con Wifi así que aprovechamos para mandar los correspondientes whatsapp a la familia para comunicar que estábamos bien.
Esta primera noche nos alojamos en un motel, ya que nuestra intención era irnos temprano a una ruta en helicóptero y estar recorriendo la ruta 66 y alrededores durante los 2 días siguientes, antes de pasar nuestra estancia en Las Vegas como dios manda. Aun así tengo que decir que el Motel que estuvimos (Days In Wild Wild West) tenia una calidad precio buenísima, con desayuno en Denny’s (una cadena de restaurantes) incluido, Wifi y por supuesto su propio casino. Ademas tenia un In&Out muy cerca, que no conocíamos y es una cadena de hamburguesas estilo McDonalds pero con bastante mas calidad y precio mas o menos similar, así que toco hamburguesas ricas para cenar.
Al día siguiente temprano iniciamos la ruta en Helicóptero por el Cañon del Colorado y la presa Hover. Se puede visitar en coche pero las mejores vistas se logran desde el aire y teníamos la agenda muy apretada así que nos conformamos con ver toda la zona en helicóptero. Tengo que decir que creo que es una actividad obligada si estáis en la zona, y es que ver el Cañon es una autentica pasada, una autentica maravilla de la naturaleza que uno no se puede perder. La presa por contra,pues bueno pilla de camino y se aprovecha, y es que si bien es cierto que es una obra de ingeniería increíble, me habían comentado que estar insitu como tal tampoco es nada del otro mundo asi que nos conformamos con sobrevolarla y creo que fue un acierto asi que tampoco os martiricéis si no la veis.
Mientras que el Gran cañón es una maravilla que nos dejo boquiabiertos,al mirar el tema de vuelos y demás vimos que había opción para visitar el skywalk, una superficie de cristal que te mete de lleno en el cañón y como es lógico sube mucho la adrenalina por el vértigo, sin embargo el precio nos pareció desporporcionado y no lo cogimos, al ver lo que era nos alegramos ya que no era demasiado grande (tan solo unos pocos metros, aunque es cierto que seguro que insitu impresiona mas que desde el helicóptero) y ni siquiera estaba en la zona del cañón principal, si no en una pequeña ramificación. No dudo que la sensación sea increíble, pero no creo que compensara su coste, aun asi es algo a plantearse en caso de un futuro viaje a la zona de nuevo. Otras opciones eran descender hasta abajo del cañón o ir en avioneta, opciones que seguramente habrían estado genial y si os lo podéis permitir creo que deberíais coger, pero en nuestro caso el presupuesto era el presupuesto.
Tras volver al coche iniciamos ruta hacia la mítica ruta 66, que se inicia en Kingman, y allí hay un sitio muy chulo años 50 para comer y una locomotora donde uno se podía subir, junto a un museo de la ruta 66. A partir de ahí esta la ruta 66, que tiene de atractivo el saber que es la ruta 66 porque para todo lo demás no es demasiado interesante, y pasados unos km es mejor salirse y seguir hacia vuestro destino por la autovía que hay en paralelo.
Tras esto parada técnica para dormir y rumbo a Monument Valley, que al igual que El Gran Cañon es una autentica pasada de la naturaleza y es imposible no quedarse impresionado al verlo, da la sensación como si alguien lo hubiera puesto ahí para nuestro disfrute y sin duda lo reconoceréis por las numerosas películas del Oeste que se han rodado allí. Eso si, aviso a navegantes, si vais a visitar Monument Valley llevar un coche todo camino o todo terreno, la ruta interior es una preciosidad pero es un camino de cabras a las que le va la marcha, y con un turismo os podéis cargar los bajos en cualquier momento en vuestro intento por recorrer un paisaje único que os será muy familiar por las películas del oeste. Recalco, una autentica pasada de lugar que no os podéis perder.
Después de Monument Valley pusimos rumbo a Page, donde esperábamos ver el Antelope Canyon, con la mala suerte que al llegar a Page no recordábamos como se llamaba (teníamos apuntado en la agenda solo Page, errór garrafal) y al preguntar como se llegaba me dijeron que solo se podía ir con viaje programado desde Page, algo que sabia que era mentira así que nos rebotamos que nos quisieran colar un viaje programado cuando queríamos ir en nuestro coche y muy a nuestro pesar abandonamos Page sin poder disfrutar de esa maravilla de la que todo el mundo habla. Tras el viaje me han hablado amigos que en realidad entrar no es gratis pero que hasta la entrada puedes ir con el coche perfectamente lo que en cierta forma confirma lo que sabia (aunque pensaba que la entrada era gratuita), en fin, ya tenemos una excusa para volver ya que si hay algo de lo que me arrepentí de no ver Antilope Canyon :).
El destino hizo que perdernos Antilope Canyon fuera compensado con Zion National Park,un parque que no pensábamos visitar por falta de tiempo y al que el GPS nos hizo pasar camino de Las Vegas. Lo cierto es que aunque lo pudimos ver solo con el coche, el parque nos pareció una autentica pasada, lo que nos da una excusa mas para volver, esta claro que a la zona de Las Vegas hay que volver.
Tras pasar Zion y todo recto a Las Vegas, no sin antes parar a coger un Frapuchino con trocitos de doble chocolate, que me encanta y aquí en España no lo tienen los malvados del Starbucks :(.